El agua se junta con el aceite, y así estamos.
Buscando el aceite.
El taxista del otro día hablaba con la mujer, le decía que quería comer pollo para cenar (ese especial que hacía una vez por mes). Tenía las manos negras, anda a saber por donde las había pasado. Era el típico argentino enojado por su situación económica, o por el tráfico en la bajada de Ugarte. Me di vuelta porque la situación me superaba, y mire para la ventana. Entonces vi a una persona, mi aceite. Escuchaba here comes the sun, mientras esperaba el semáforo. Estaba despeinado, como si hubiera salido la noche anterior (y me gustó).
Pero entonces dije, 'Nino, no te voy a olvidar.'
Nino era mi aceite.
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